Hoteles con propósito: Paradores de España

Cuando se habla de hoteles con propósito, pocas historias encajan tan bien como la de Paradores de España. Desde su creación en 1928, hace casi un siglo que demuestra cómo la hotelería puede ser motor de desarrollo, cohesión territorial y conservación patrimonial.
¿El origen? turismo con visión de país
El germen de los Paradores se remonta a 1910, cuando el Gobierno de José Canalejas encargó al marqués de la Vega-Inclán la tarea de impulsar una infraestructura hotelera nacional. La idea era bastante ambiciosa: crear alojamientos en zonas donde la iniciativa privada no llegaba, aprovechando el patrimonio histórico y los enclaves naturales para atraer viajeros.
El rey Alfonso XIII fue decisivo en la elección del primer emplazamiento: El Parador de Gredos (1928). Situado en plena sierra de Ávila, supuso un símbolo de modernidad en un entorno rural que, hasta entonces, había quedado al margen del turismo.

Hoteles que cuentan historias
Cada parador es un capítulo de la historia de España. Castillos, conventos, palacios y enclaves naturales se han transformado en espacios donde dormir es solo una parte de la experiencia. La verdadera propuesta de valor está en la posibilidad de conectar con un territorio de manera más auténtica, y de mostrar al mundo «la otra cara» de nuestro territorio. Este hecho hace que sea una de las marcas más queridas en España.
Este enfoque sigue vigente. Hoy, el 70 % de los paradores se encuentran en municipios de menos de 35 000 habitantes, con una ocupación media del 72 %. Un modelo que va más allá de los grandes focos urbanos, repartiendo los beneficios del turismo y contribuyendo a la cohesión territorial. De hecho, el proyecto siempre ha tenido un marcado compromiso social. Allí donde abre un parador, la economía local mejora: se generan empleos, se crean infraestructuras y se da protagonismo a proveedores de la zona.

Un modelo vigente en 2026 e inspiración para el sector
A punto de cumplir cien años, Paradores no es algo del pasado. Es un modelo que sigue demostrando que se puede hacer hotelería con propósito y ser rentable. La sostenibilidad, la modernización y la diversificación forman parte de su presente, pero el alma sigue siendo la misma: ofrecer experiencias que conecten con el legado cultural y natural de España.
Desde Khama Hotel, creemos que paradores nos recuerda una lección básica: un proyecto es más fuerte cuando tiene propósito. La clave está en aportar valor a la sociedad al mismo tiempo que se ofrece hospitalidad. Esa fórmula, simple en apariencia, es la que explica que Paradores siga siendo, casi un siglo después, un referente en el sector.